miércoles, 28 de agosto de 2013

DRONES PARA INSPECCIONAR MACHU PICCHU

Before Machu Picchu
Machu Picchu © Wikimedia commons
Hace unos días nos hicimos eco en Plaudite facebook del uso de "drones" en Perú para fines arqueológicos.

Nada nuevo en aquella noticia respecto de la habitual técnica de prospección aérea vigente desde los principios de la aviación. Nombres como J. Bradford, J. Baradez o R. Agache son altamente evocadores para los arqueólogos. Sin embargo, desde que puede colgarse una cámara a cometas, veleros de aeromodelismo sin motor o maquetas de avión, su uso se ha democratizado y no hay yacimiento que no disponga de buenas imágenes aéreas verticales. Pero el énfasis que se hacía en aquella noticia en relación con la privacidad de las personas nos hizo prestar una mayor atención: "En Perú no existe regulación para la aplicación civil de los drones, lo cual permite impulsar todo tipo de proyectos privados, pero el gran problema, admitió Flores, es que su uso para vigilancia urbana podría atentar contra la privacidad de las personas, lo que hace necesario una regulación".

Dron © El Sol diario online
La respuesta ha venido pocos días después en el periódico en línea El Sol en su artículo Perú utilizará drones para proteger su arqueología donde se afirma que se van a usar "los drones en tareas de vigilancia con el objetivo de proteger yacimientos arqueológicos de posibles expolios o malos tratos provocados por la explotación minera (sin control) o por efectos de la especulación urbanística (sin respetar el entorno o hallazgos arqueológicos)". La cuestión a la que no tenemos respuesta es si existe una ley y una reglamentación (suponemos que sí) y quién se ocupará de supervisar las imágenes recuperadas por los aviones sin piloto. Tampoco está claro quién está detrás de la idea: "El Ministerio de Cultura de Perú es uno de los impulsores de esta idea... El Gobierno correrá con los gastos de adquisición de los drones..." o "Un grupo de arqueólogos de Perú ha decidido aprovechar esta tecnología para luchar contra el expolio y el maltrato de los yacimientos arqueológicos de Machu Picchu".

Lo que si está claro es que la inquietud del Ministerio de Cultura peruano es debida al crecimiento económico y las profundas transformaciones que conlleva en el territorio y en las ciudades: "Según los responsables de la iniciativa, la economía de Perú ha crecido una media del 6,5% anual en la última década y esta activación de la economía ha provocado que aumente la actividad del sector minero y de la construcción (y esta actividad no siempre ha sido respetuosa con los tesoros arqueológicos del país)".

Nada que no hayamos vivido en nuestra geografía. Ser país emergente siempre tiene un precio para el patrimonio. Nos tememos que habrá que hacer algo más para proteger el patrimonio arqueológico.

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