Ricardo González Villaescusa
Josep Vicent Lerma
Una de las razones que pueden explicar la desconexión entre la reciente muestra divulgativa "El tribunal de las Aguas de Valencia. 1050 años de justicia de la Huerta de Valencia" y los conocimientos históricos probados, puesta en solfa en una primera entrega periodística nuestra sin réplica conocida (Levante-EMV, 15-6-10), reside en la disociación total entre las políticas públicas y la investigación académica, tal como hemos venido reiterando en numerosos artículos como "Los nuevos usos de l´Horta o la Resurrección de Lázaro" (Levante-EMV, 8-4-06).
Así pues, en esta prometida continuación hemos aprovechado para centrarnos en revisitar conceptos tales como el de que la Huerta es un paisaje agrario, y los paisajes, tan de moda hoy con dirección general propia patroneada por Arantxa Muñoz, son objeto de una acción territorial realizada fundamentalmente con criterios de urbanistas, arquitectos, paisajistas... cuya visión de los mismos solamente es dinámica en un sentido unívoco: desde el presente hacia el futuro. Desde el momento mismo en que nuestra eco-depredadora civilización post-industrial interviene para "ordenar" donde antes solo había aparente desorden.
En este sentido, ya hemos propuesto que se hace imprescindible determinar el papel morfogenético que ejercen los paisajes, de manera que se puedan determinar los casos en que la finalidad y forma de la ordenación del territorio podría ser dictada por los estadios antiguos del paisaje (Más allá del concepto de sostenibilidad, el de resiliencia..., Levante-EMV 12-3-06). Si queremos entender la forma en que las sociedades del pasado actuaron y las del mañana actuarán en el territorio, debemos reflexionar sobre la resiliencia (sostenibilidad) de las elecciones que se tomaron en el pretérito y la capacidad de una estructura paisajística para absorber impactos, pero también, en cuanto a la capacidad de aprovecharlos, participando, desde ese instante, en la propia historia de estos constructos espacio-temporales.
Todo ello nos conduce al fallo imperdonable, enquistado en la vigente legislación patrimonial (LPCV, Ley 4/1998), de no considerar los Paisajes Históricos como tales y consecuente con la inexistencia de una verdadera política integral de ordenamiento del país que tome en consideración las estructuras de suelos cronológicamente datados, porque no otra cosa que históricos son la mayoría de nuestros paisajes.
De aquellos polvos estos lodos y consecuentemente, cuando se lee en el Plan de Acción Territorial de Protección de la Huerta (PAT), las consideraciones históricas sobre la misma, es cuando encontramos la confirmación del dispendio del dinero del contribuyente en la financiación y edición de estudios históricos que no tienen la suficiente repercusión pública.
Así es posible observar en dicho PAT que desde la época islámica existió un equilibro entre la ciudad y la huerta, inalterable hasta el siglo XIX, como si la huerta irrigada, una vez lograda su configuración clásica, se hubiera mantenido en lo sustancial sin cambios hasta la llegada de la industrialización. El argumento histórico es subalterno pues. Una foto fija proyectada sobre el decurso temporal. Imagen por consiguiente tan fosilizada como la que cada jueves nos muestra unos venerables síndicos de las acequias de la Vega reunidos litúrgicamente para dirimir sobre ningún pleito, como consecuencia de la reducción de la extensión de la red de canales de riego de más de 300 km a menos de 50 km en las últimas décadas. Circunstancia sobre la que no conviene olvidar la advertencia de Thomas Glick: "Cuando desaparezcan los regantes se acabará el Tribunal de las Aguas" (Levante-EMV, 14-06-10).
Ello supone que para evitar la definitiva extinción de la Huerta los agricultores deberían ser remunerados "por los servicios ambientales prestados" o en su defecto que los habitantes de la ciudad deberían asumir una tasa pro-conservación de una huerta tan próxima, y que lo recaudado incidiera en la mejora de las magras rentas de nuestros labradores. Porque, in fine, nadie cree que pueda salir adelante este Plan de Acción Territorial, la novedosa política sobre el paisaje y el discurso radical por momentos, nace sin presupuesto (Levante-EMV 28-5-09). Confiando la dirección general del ramo el éxito de dicho Plan a la contingente implicación de agentes privados y de los ayuntamientos concernidos al albur del obsecuente argumento, sin más, de que el futuro pasa por optar por la viabilidad de una Huerta sostenible (Levante-EMV 29-6-08), sin agotar las posibilidades de las herramientas jurídicas que el legislador tiene en su haber para desarrollarlo. Obviando que la voracidad de la naturaleza es tan antigua como la aparición de las ciudades en el medioevo tardío y la consiguiente pérdida del lazo simbiótico del hombre con su medio ambiente, que conducirá a la tematización del paisaje como inquietud a tenor de las tesis de Michael Jakob (Le paysage, París, 2008).
Por último, para concluir esta filípica sobre la anunciada muerte de la Huerta de Valencia, no podemos dejar de consignar un pequeño atisbo de esperanza, a pesar de los posicionamientos públicos del actual responsable del urbanismo de la ciudad de Valencia contrarios a una Huerta "cultivada por funcionarios", en las prometedoras iniciativas de adquisición pública de suelo en los denominados "huertos urbanos", de gestión directa o indirecta, en el controvertido proyecto de Sociópolis y en el entorno del antiguo monasterio de San Miguel de los Reyes.
Tercer artículo más votado del día 1 de agosto por los lectores de Levante-EMV!!!
1. "La corrupción en el franquismo era de calderilla si se compara con la actual"
2. La Audiencia ve indicios de que el IVEX pagó el contrato B de J. Iglesias con facturas falsas
3. La resurrección de Lázaro (II)
2. La Audiencia ve indicios de que el IVEX pagó el contrato B de J. Iglesias con facturas falsas
3. La resurrección de Lázaro (II)
Muy lúcido y coherente el artículo. Os felicito con sinceridad, pero lo de la esperanza me cuesta un poco.
ResponderEliminarMenos mal que mañana marcho de vacaciones. Igual no vuelvo.
[Aparecido en e-valencia.org]
http://e-valencia.org/index.php?name=News&file=article&sid=13653
Gracias Anónimo por tu sincera felicitación. Después de discutirlo hemos considerado que en realidad nuestra expresión no era muy afortunada respecto a lo de la esperanza. La pequeña esperanza que podemos albergar es que haya compra de suelo con dinero público.
ResponderEliminar