sábado, 12 de noviembre de 2011

LA GUERRA DE LIBIA Y EL PATRIMONIO


J. García Calero
ABC, 3 de noviembre de 2011

Ruinas de Leptis Magna. Foto ABC
Interpol alerta de la desaparición de una colección única y casi olvidada de miles de piezas que incluye oro, plata y joyas que datan del s. VI a. C.

Ya no hay guerra sin expolio y la de Libia no iba a ser una excepción. Según ha confirmado Interpol, el «Tesoro de Bengasi» ha sido robado durante la refriega, seguramente el pasado 25 de mayo. Se trata de una colección de piezas procedentes de la Cirene griega y romana, desde el siglo VI antes de Cristo. Una colección que es también un misterio: jamás expuesta, nunca fotografiada, llevaba oculta desde 1961 en las tripas acorazadas de un banco de Bengasi, envuelta en baúles y cajas fuertes de la Segunda Guerra Mundial. Muy pocas personas en Occidente recordaban su existencia, y ahora la Unesco ha hecho sonar todas las alarmas y enviará una misión urgente a Libia.

Otra vez guerra y expolio. Todos tenemos aún grabadas en la retina las tristes imágenes del Museo Arqueológico de Bagdad asaltado y hemos visto publicados los ases de la baraja decorada con las piezas más buscadas de la guerra del Golfo, que imitaba los naipes que los soldados estadounidenses llevaban consigo y que sirvieron para identificar a los hombres de Sadam. Y nunca podremos olvidar la salvaje voladura de los Budas de Bamiyán por la mano iconoclasta y dinamitera de los talibán. También viene a nuestra memoria el heroico rescate de las piezas del museo de Kabul, que sobrevivieron ocultas entre la buena gente de la capital afgana. Incluso podemos evocar el reciente asalto al museo de El Cairo... por los furtivos de la primavera árabe.

En mitad de la refriega libia, con los aviones de la OTAN, incluidos algunos españoles, sobrevolando las cálidas y rosadas arenas de Cirene —cantadas por Catulo—, el robo acontenció sin que se le diese publicidad en un principio. Aquel 25 de mayo, según informa «The Art Newspaper», se produjo un traslado sin autorización desde la cámara acorazada del Banco de Comercio Nacional en la calle de Omar al-Mukhtar. Miles de obras de arte irrepetibles y de monedas de oro y plata desaparecieron de la vista del mundo como si se las hubiese tragado el desierto. Interpol ha alertado a 188 Policías de todo el mundo.

Habían pasado tres meses desde la toma de Bengasi por los rebeldes y el tesoro estaba a buen recaudo. El oro de los griegos y los romanos y todo el ajuar de la era clásica que lo acompaña permanecía en el banco dentro de dos contenedores blindados de la Segunda Guerra Mundial y una caja de caudales. Pero durante el traslado del 25 de mayo a la sede de otro banco, cerca del Hotel Dujal, desapareció uno de los ajados contenedores y la caja de caudales.

Un patrimonio inmenso
Al parecer, y según declaraciones de la arqueóloga Serenella Ensoli, directora de la misión italiana a Cirene, a «The Art Newspaper», se sospecha que los ladrones reventaron los candados de lo contenedores para extraer las piezas que les parecieron de mayor valor, dejando en un único baúl metálico los objetos que decidieron no llevarse.

Hay que recordar que Libia, y en concreto la Cirenaica, posee algunos de los más valiosos yacimientos del mundo antiguo. Arqueólogos contactados por ABC han relatado que debido al aislamiento cultural bajo el mandato de Gadafi, así como la falta de perspectivas de explotación turística, se permitió que muchos equipos internacionales de la Unesco excavaran durante décadas teatros griegos y zonas de gran relevancia arqueológica que, en algunas ocasiones, fueron de nuevo enterrados bajo las arenas del desierto para su mejor protección.

Las piezas más valiosas del olvidado «tesoro de Bengasi» proceden en su mayor parte de misiones como la de 1917 en el Templo de Artemisa en Cirene, cuyo yacimiento se encuentra al este de la ciudad. Cabezas en relieve, frisos con batallas y las monedas de oro, junto con adornos del valioso metal, forman el grueso del tesoro. Otros materiales proceden del palacio helenístico de columnas, entre Bengasi y Cirene, excavado en 1937. La colección de unas miles de monedas incluye cientos de piezas de oro (364) y plata (2.433), pero también de bronce (4.484). Asimismo, lo integran 306 joyas y otras 43 piezas antiguas de gran valor.

Los italianos llevaron a Roma el tesoro en 1943 y luego al norte de la península Itálica. Después de la Segunda Guerra Mundial permaneció en Roma hasta que fue devuelto a Libia en 1961.

De esa fecha data el inventario, desgraciadamente sin las fotografías que permitirían hoy identificar las piezas que ya deben ofrecerse en el mercado negro. Las autoridades creen que ya se mueven las primeras piezas en los antros de Egipto y Libia.


M.A.
ABC, 25 de octubre de 2011
 
S.O.S. de los tesoros libios
La Unesco llama a proteger el patrimonio arqueólogico ante la inestabilidad del país y el fin de la misión de la OTAN para evitar saqueos como en Irak o Egipto
Las ruinas romanas de Leptis Magna y el puesto comercial fenicio de Sabratha han sobrevivido hasta ahora a la guerra de Libia, así como los otros cinco lugares que figuran en la lista de Patrimonio Universal de la Unesco. Así lo comprobó una comisión de investigación que visitó Libia en septiembre.

Los tesoros arqueológicos del país han logrado salvarse del expolio gracias a que la Unesco facilitó a la OTAN las coordenadas geográficas de los principales espacios culturales del país para que no fueran bombardeados. Pero ahora, con la muerte del dictador Muamar Gadafi y el próximo final de la misión aliada el 31 de octubre, los riesgos que corre el patrimonio cultural del país se multiplican.

«Sabemos perfectamente bien que, en un periodo de gran inestabilidad, esos lugares son los más amenazados por los robos», señala la directora de la Unesco, Irina Bokova, que ha solicitado al nuevo Gobierno libio que proteja sus tesoros del expolio y el comercio ilegal. Sus miedos están fundados: Miles de piezas arqueológicas desaparecieron en Irak tras la caída del Gobierno de Saddam Hussein y en Egipto, la primavera árabe trajo consigo el robo de más de cincuenta piezas del Museo egipcio.

La Unesco ya ha alertado a los comerciantes de arte de los países vecinos para que estén vigilantes sobre el posible comercio ilegal.

«Los riesgos permanecen porque la situación todavía no está estabilizada. Hemos visto otros sitios -como Irak y Afganistán- en los que el periodo posterior al conflicto fue el más peligroso. Esto es porque cuando hay muchas armas, muchas fuerzas armadas y mucha inestabilidad, es cuando comienzan los saqueos», afirmó la pasada semana el asistente del director general para Cultura de la Unesco.

El Tesoro de Bengasi
Uno de los robos que sí se han registrado es el de la colección arqueológica conocida como el Tesoro de Bengasi, que desapareció tras la liberación de la ciudad por los rebeldes libios en marzo. «No hay imágenes documentadas. Hay que ir lo antes posible al Banco Nacional del Comercio de Bengasi donde se custodiaban las cajas que contenían las 8.000 monedas antiguas de oro, plata y bronce. Hay que ver qué queda de ellas»,
Imagines publicadas por Le Figaro
señalaba el pasado 21 de octubre en la Unesco el profesor Serenella Ensoli, director de la misión arqueológica italiana de Cirene.

El diario Le Figaro muestra hoy en exclusiva las únicas imágenes conocidas hasta hoy de esas monedas, que publicó en 1958 el semanario especializado «Italia Numismática» bajo el título «Las monedas de Cirene y el silphium».

El valor de esas monedas radica en su doble rareza. No solamente son antigüedades griegas que datan de entre el año 570 y el 375 antes de Jesucristo. Testimonian la existencia del silphium, una planta endémica de la región, hoy desaparecida. Los griegos consideraban el silphium como un «don precioso de la naturaleza». Según Plinio el viejo, «La oveja se duerme en cuanto la come y la cabra estornuda». A su jugo le atribuían virtudes adivinatorias. César utilizó cajas enteras para pagar a sus legionarios, según se lee en el artículo de «Italia Numismática». La planta, que se podía encontrar en la Cirenaica antigua que se extendía desde el jardín de Hespérides hasta la villa de Sirte, desapareció en la época de Nerón. Italia, antigua potencia colonial en Libia, conservó el tesoro en la península desde 1940 hasta la independencia del país en 1961.

En el mercado del arte, las monedas antiguas están actualmente de moda, según recuerda Le Figaro. El pasado 12 de octubre, una pieza griega de la colección Peyrefitte se adjudicó en una subasta en París por 202.825 euros, un récord en Francia.

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