jueves, 29 de agosto de 2013

LOS OTROS CRÍMENES DE GUERRA

© AP
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En este artículo aparecido ayer en El País se habla de los otros crímenes de guerra, los cometidos contra el patrimonio. En Plaudite hemos dado buena cuenta de estas cuestiones en la etiqueta geopolítica y especialmente en La guerra de Libia y el Patrimonio o en la reseña traducida del libro Archaeology, Cultural Property, and the Military (Laurie Rush Ed.), Boydell Press, 2010. Poco que añadir si no es que la Unesco ha preparado un informe de más de 300 páginas con todas las piezas desaparecidas en árabe y prepara la traducción inglesa. Las imágenes que reproducimos provienen del artículo de mailonline que cuenta, además, con videos. Advertimos que las imágenes hieren la sensibilidad de los amantes del patrimonio cultural.

Mientras tanto podemos imaginar lo que espera a los museos sirios con la inminente intervención aliada por más que los Estados Unidos no sean la policia del mundo.


El País, 28 de agosto de 2013

Tiempos convulsos viven las primaveras árabes, bien lo sabemos. Las revueltas ciudadanas derrocaron dictadores sin tener un guión escrito, y ahora las aspiraciones de millones de personas —básicamente, tener una vida libre y digna— se ven lastradas por las luchas de poder. Es difícil predecir el curso de una revolución, pero lo que no estaba previsto es que algunas de las joyas más valiosas del patrimonio cultural se convirtieran en víctimas colaterales de las turbulencias.

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Ahí están las fotos, abracadabrantes. Excavadoras Hyundai sobre sarcófagos volteados, o un viaducto hecho añicos. Hablamos de la gran necrópolis de Cirene, la bella ciudad fundada por los griegos en el siglo VII antes de Cristo en el este de Libia (que daría luego el nombre de Cirenaica a la región). Los vecinos del yacimiento, cercano a Bengasi y patrimonio de la Unesco, han destruido una parte del cementerio con idea de vender parcelas a promotores inmobiliarios y particulares. Las tierras son suyas, dicen, aunque no tienen papeles que lo acrediten. Por eso piden precios de saldo. Y muy probablemente los compradores serán los mismos que ponen las excavadoras. Menudos bloques con vistas pueden hacerse...

Los lugareños, que con Gadafi no movían un dedo, ahora se muestran dispuestos a negociar con el Gobierno... Un Gobierno que no tiene presupuesto, bloqueado en un Parlamento dividido, ni ejército ni policía dignos de ese nombre. Un arqueólogo, Ahmed Hussein, lucha solo contra la barbarie, armado con una cámara.

Ahora es Cirene, pero hace unos días fue el museo de Al Minya, en el norte de Egipto, saqueado hasta los cimientos. Más de mil piezas arqueológicas de valor incalculable fueron robadas. Y lo que no pudieron llevarse, ya fueran estatuas o momias, lo destrozaron. El preámbulo se había dado hace dos años en el Museo Egipcio de El Cairo. Las autoridades culpan, en este caso, a grupos islamistas.

Salafistas y talibanes han destruido recientemente mezquitas en Malí y el mausoleo de Abraham en Siria, como antes dinamitaron los Budas de Bamiyán. Claro que la ciudadela de Alepo ha servido de diana para las tropas de Bachar el Asad. Y antes fue el Museo Nacional de Irak, saqueado hace diez años. Y no hace tanto tiempo veíamos arder en suelo europeo la biblioteca de Sarajevo. Son los otros crímenes contra la humanidad. Siempre impunes.

Destrozan y saquean diversas antigüedades en el Museo de Malawi

Hasta cinco sarcófagos de madera, dos momias, papiros en escritura demótica y varias estatuas han tenido que ser restauradas

J. Sánchez, La Voz libre, 20 de agosto de 2013

Madrid.-  Después de vivir las revueltas más sangrientas desde 2011, Egipto intenta volver a la normalidad después de que se hayan sucedido más de 880 muertos en las calles desde el miércoles pasado. Sin embargo, el estado de emergencia sigue rigiendo en el país y el toque de queda, intervenida a las siete de la tarde, está aún presente, siendo las Fuerzas Armadas y de Seguridad quienes hacen velan por ella junto a los comités populares.

Aunque El Cairo se mantiene en calma, en otras provincias se volvieron a cometer incidentes violentos, principalmente ataques contra controles de la Policía y puestos militares. Estas nuevas revueltas ha tenido uno de los grandes sacrificados, el famoso Museo Nacional de Malawi, en la ciudad de Minya, al norte de Egipto.

En el llamado 'viernes de la ira', convocado por los Hermanos Musulmanes tras el violento desalojo de sus campamentos en El Cairo, el Museo Nacional fue destrozado y saqueado. El ministro de Antigüedades egipcio terminó acusando a los partidarios del ya depuesto presidente Mohamed Mursi de haber perpetrado esta fechoría y, además ordenó una investigación apara que se recopilaran las obras dañadas.

Tal y como informa el diario 'Al Ahram', hasta cinco sarcófagos históricos de madera, dos momias y papiros en escritura demótica, junto a varias estatuas de la época greco-romana han tenido que ser trasladadas a las galerías al Ashmounein para ser restauradas.

miércoles, 28 de agosto de 2013

DRONES PARA INSPECCIONAR MACHU PICCHU

Before Machu Picchu
Machu Picchu © Wikimedia commons
Hace unos días nos hicimos eco en Plaudite facebook del uso de "drones" en Perú para fines arqueológicos.

Nada nuevo en aquella noticia respecto de la habitual técnica de prospección aérea vigente desde los principios de la aviación. Nombres como J. Bradford, J. Baradez o R. Agache son altamente evocadores para los arqueólogos. Sin embargo, desde que puede colgarse una cámara a cometas, veleros de aeromodelismo sin motor o maquetas de avión, su uso se ha democratizado y no hay yacimiento que no disponga de buenas imágenes aéreas verticales. Pero el énfasis que se hacía en aquella noticia en relación con la privacidad de las personas nos hizo prestar una mayor atención: "En Perú no existe regulación para la aplicación civil de los drones, lo cual permite impulsar todo tipo de proyectos privados, pero el gran problema, admitió Flores, es que su uso para vigilancia urbana podría atentar contra la privacidad de las personas, lo que hace necesario una regulación".

Dron © El Sol diario online
La respuesta ha venido pocos días después en el periódico en línea El Sol en su artículo Perú utilizará drones para proteger su arqueología donde se afirma que se van a usar "los drones en tareas de vigilancia con el objetivo de proteger yacimientos arqueológicos de posibles expolios o malos tratos provocados por la explotación minera (sin control) o por efectos de la especulación urbanística (sin respetar el entorno o hallazgos arqueológicos)". La cuestión a la que no tenemos respuesta es si existe una ley y una reglamentación (suponemos que sí) y quién se ocupará de supervisar las imágenes recuperadas por los aviones sin piloto. Tampoco está claro quién está detrás de la idea: "El Ministerio de Cultura de Perú es uno de los impulsores de esta idea... El Gobierno correrá con los gastos de adquisición de los drones..." o "Un grupo de arqueólogos de Perú ha decidido aprovechar esta tecnología para luchar contra el expolio y el maltrato de los yacimientos arqueológicos de Machu Picchu".

Lo que si está claro es que la inquietud del Ministerio de Cultura peruano es debida al crecimiento económico y las profundas transformaciones que conlleva en el territorio y en las ciudades: "Según los responsables de la iniciativa, la economía de Perú ha crecido una media del 6,5% anual en la última década y esta activación de la economía ha provocado que aumente la actividad del sector minero y de la construcción (y esta actividad no siempre ha sido respetuosa con los tesoros arqueológicos del país)".

Nada que no hayamos vivido en nuestra geografía. Ser país emergente siempre tiene un precio para el patrimonio. Nos tememos que habrá que hacer algo más para proteger el patrimonio arqueológico.

viernes, 9 de agosto de 2013

CAN BLAI, ARQUEOLOGÍA Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA

© Gourguen Davtian CNRS-CEPAM
Ricardo González Villaescusa
Entre los días 8 y 28 del pasado mes de julio he tenido la oportunidad de hacer plenamente aquello para lo que me he formado en los últimos 30 años. Con 18 años vine a Formentera a excavar bajo la dirección de Jordi Fernández, director del MAEF, en el poblado del Cap de Barbaria y salí de Formentera con 19 años y la certeza de que haría lo posible por ser arqueólogo. El pasado 8 de julio tuve la sensación de haber cumplido dicho objetivo y de “volver a casa”. A esa sensación ha contribuido de forma decisiva la inestimable cooperación del Consell Insular de Formentera, personificada en la consellera Sonia Cardona y en el técnico de patrimonio Jaume Escandell.

Los asentamientos de la antigüedad se ubicaban en un espacio y hoy los estudiamos insertos en un territorio de configuración distinta. Ese territorio está poblado por gentes. Algunos, quizá una mayoría, son indiferentes al pasado. Otros desean conocer más sobre aquellos que les precedieron en la ocupación del espacio. En las tres semanas que han durado los trabajos de campo hemos prestado una especial atención a estos últimos. Hemos abierto las puertas del yacimiento de Can Blai a todos aquellos que desearan verlo de cerca y entender nuestro trabajo y hemos explicado lo que hacíamos con ese yacimiento que les pertenece por ley y por afecto. También hemos hecho un inhabitual esfuerzo en comunicación por medio de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTIC), gracias a los videos diarios que colgábamos en nuestro sitio web donde se daba cuenta de nuestro trabajo y descubrimientos cotidianos.

No menos de 30 personas han participado en este proyecto. Especialistas de la cerámica, la arquitectura o de la dispersión de los asentamientos y de los métodos de registro arqueológico y topografía han trabajado para que dispongamos de una “explicación” del castellum de Can Blai, de su construcción, de su posición en la isla y en el Mediterráneo. La mitad aproximadamente, ha pasado las tres semanas aprendiendo a excavar, inventariar cerámica, prospectar, dibujar cerámica o muros… La labor no es pionera pero hemos querido hacer un esfuerzo para que el alumno en formación partiera de Formentera con un valor añadido: se han impartido 18 horas de clases magistrales, 20 horas de trabajos dirigidos y 100 horas de prácticas en el terreno, lo que equivale a unos 5 créditos ECTS del Espacio Europeo de Educación Superior.

Can Blai tuvo un uso tras su conclusión a finales del siglo III o principios del siglo IV d.C. y tuvo una puerta principal consecuente con el tamaño del edificio. Pero nuevos, y trascendentes, interrogantes han surgido al abrir la tierra que todavía cubre el yacimiento y que han quedado sin respuesta, lo cual es una excelente noticia. Existirán otras campañas de trabajos de campo en 2014 y 2015 con seguridad. Pero de la misma manera que hemos contado con nuevas vías de financiación privada gestionadas por la Fundación de la Universidad de Niza, queremos incitar a la participación activa de los ciudadanos en la comprensión y elaboración del pasado de su territorio. Queremos construir junto a la sociedad civil un nuevo “proyecto arqueológico”  donde caben nuevas formas de relacionarse con el patrimonio, por parte, tanto de los expertos como de los profanos, de forma que accedamos a resultados de la investigación como una traducción para que los restos arqueológicos puedan ser leídos por todos, incluidos los arqueólogos que no hayan participado directamente en la investigación, en un nuevo uso público de la historia. Una cita a la que emplazamos al tejido social de Ibiza y Formentera.

lunes, 5 de agosto de 2013

¿VALENCIANS O MAGRIBINS?

Imposta de transició. Sant Feliu de Xàtiva
Josep Vicent Lerma
LEVANTE-EMV, 25 de julio de 2013

La resurrecció de l'etern i bord debat nominalista valencià, materialitzada en titulars de premsa del tarannà de "Questió de noms" d'Enric Sòria o "Un nom per a un país" de Joan Garí, davant d'altres cabuderies secessionistes com ara "Les coses pel seu nom", revela tal com afirmava el secretari de l'Agència Europea per a la Cultura José Vidal Beneyto allà per l´albirar del segle XXI, que la identitat privativa dels valencians encara es troba absolutament irresolta, enfront de la incapacitat col•lectiva de fer conviure els elements diferencials del país: “la identidad valenciana es extraordinariamente complicada. Porque nosotros somos –olvidándome de lo antiguo- en parte judíos, en parte moros y somos catalanes” (Levante-EMV, 26-05-2000).

En aquest ordre de coses resulta d'escaient i beneïda memòria, la irreemplaçable contribució filològica del mestre de generacions d'arqueòlegs valencians Domingo Fletcher Valls, membre de primera hora de l'Institut d´Estudis Valencians en els anys esponerosos de la II República, que en el solemne discurs d'obertura del curs del Rat Penat de 1953-54, ja durant la Postguerra, consagrat significativament a "Els valencians pre-romans", va sostindre llavors amb el seu proverbial seny intel•lectual que: “Parlar del valencians d´abans de la vinguda dels romans, és una mica atrevit, puix que el nom de valencians sols es pot donar correctament als habitants d´aquestes terres a partir de la fundació de la ciutat epònima Valentia” (138 a.C).

Conflictes identitaris lingüístics respecte dels quals, segons la meua opinió personal vindria a ser molt il•lustrativa l'obra de Jean-Pierre Payot titulada "La Guerra de les Runes", en la que es postula la tesi de la instrumentalització nacionalista de l'arqueologia amb fins geopolítics "En l'origen, una entitat de naturalesa política, religiosa o cultural s'oposa a una altra respecte a tot o una part d'un territori..... Siga quin siga el context l'arqueologia sistemàticament fonamentará una mena de "dret històric".

Casuística ampla en que comptat i debatut, la disciplina arqueològica és cobejada espúriament per a certificar els drets prioritaris d'una de les bandositats sobre un territori donat, argüits damunt la base d'una pseudo-sujección de major antiguitat o una llengua ancestral el més remotament arcaica possible.

Així les coses i en un viratge, fins i tot un punt teatral, la recent publicació en PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of Amèrica) d'una investigació científica que proba una diferencial diversitat genòmica dels europeus assentats en les voreres de la Mediterrània, en la que es descobreixen aportacions africanes i berbers dels últims tres-cents anys, no deixa de proporcionar pel que fa a la població de les terres valencianes la insospitada evidència genètica en relació als valors mitjans de la Península Ibèrica, d'un peculiar menor percentatge de l'aportació sefardita i d'un major pes dels cromosomes d'avantpassats magribins entre nosaltres (Levante-EMV, 22-02-2010), per cert just el contrari del bagatge genètic dels nostres veïns germans mallorquins, en certa manera en una confirmació contra pronòstic dels judicis culturals avançats a l'inici del professor Vidal Beneyto sobre la mestissa personalitat valenciana o l'assajada "Impura Natione" (1986) del revisioniste àulic Eduard Mira i el Damià Mollà, encara que més enllà del fang germinal de l´ADN heretat per qualsevol poble, no cal oblidar mai com els paradigmes de les identitats nacionals des de la visura de l’Arqueologia, son de veritat, en paraules de la catedràtica Carme Aranegui, un constructe històric, de cap manera natural, aparellat al llarg dels segles en el doble joc de “com es veiem des de dins i com ens veuen des de fora”.