Cartel de la exposición "Des rites et des hommes" |
Desde la prehistoria, monumentos funerarios, bornes y cipos o necrópolis enteras han jugado un rol fundamental en la señalización simbólica e identitaria de los confines de un territorio o en los límites entre la ciudad y el territorio, entre el mundo civilizado, al interior del pomoerium, y el resto. Esta función simbólica se refuerza por la incuestionable "materialidad" que confiere la presencia de los restos de los ancestros desaparecidos sobre un determinado espacio (cf. nuestra etiqueta geopolítica). No son necesarios ni documentos escritos ni largas discusiones. Ellos, nuestros ancestros, estaban allí, ergo, nosotros, sus descendientes, tenemos el derecho heredado a continuar allí. Prueba material y amenaza explícita para quien quiera poner en duda la legitimidad sobre un determinado espacio. Límites en el espacio, límites en el tiempo, continuidad espacial y temporal.
Entablamento de Glanum. Foto tomada con móvil |
Pasen, pasen... y echen un vistazo al pasado en esta noticia de anteayer.
Ana Cárdenes, ABC, 2 de diciembre de 2011
Las autoridades israelíes en Jerusalén
mejoran los cementerios judíos mientras abandonan e impiden usar los
árabes, según denuncia la ONG arqueológica israelí Emek Shaveh, que cree
que esa gestión trata de fortalecer la ocupación de la parte palestina
de la ciudad.
La ladera occidental del Monte de los Olivos está cubierta de losas
blancas, las tumbas de miles de creyentes judíos cuya tradición señala
que en ese preciso lugar comenzará la resurrección tras la llegada del
mesías.
Las excavadoras amplían y acondicionan el inmenso cementerio, frente
al cual se levanta otro camposanto, el musulmán de Bab El Rahme (la
Puerta Dorada), a los pies de la Explanada de las Mezquitas y mucho más
deteriorado.
"Calculamos que se han invertido unos 35 millones de shekels (cerca
de 7 millones de euros) desde 2005 en el cementerio judío del Monte de
los Olivos, que consume buena parte de la inversión municipal para las
renovaciones de Jerusalén Este", dijo a Efe Yonathan Mizrahi, director
de Emek Shaveh.
Grupos de turistas visitan el lugar, que goza de seguridad 24 horas al día y en el que se afanan equipos de mantenimiento.
Según este arqueólogo, Bab El Rahme, por el contrario, "no recibe
cuidados ni tiene un desarrollo comparable ni inversiones de las
autoridades israelíes" y además, se han prohibido los enterramientos en
la zona sur, que pertenece a los residentes del barrio palestino de
Silwán.
Los dos camposantos tienen gran importancia histórica y social, el
judío data del siglo XIV dC y el musulmán, según la creencia local, del
siglo VIII dC.
Yousef al Natsha, director de Arqueología del Waqf, la autoridad
islámica, asegura que Israel "no permite enterrar en el sur de Bab El
Rahme" porque "quiere hacer ahí un centro arqueológico".
"No nos dejan enterrar a nuestros muertos con nuestros antepasados.
Los israelíes dicen que esto fue del rey David y que tiene que volver a
los judíos. Han empezado por el sur, pero quieren quedarse con todo el
cementerio y después con la Explanada para tirar las mezquitas y
construir un templo", acusa Nihad Yamil, residente de Silwan.
Mizrahi cree que los cementerios de la ciudad se han convertido en
activos políticos en la batalla por la soberanía de Jerusalén Este,
ocupada por Israel tras la Guerra de los Seis Días (1967).
"Los enterramientos en Jerusalén son un testimonio del anhelo de los
judíos por Sión. El refuerzo de la conexión judía con el Monte de los
Olivos y con las tumbas del cercano valle del Kidrón crea una barrera
entre los barrios palestinos que los rodean, que quedan incomunicados, y
la ciudad vieja", explica este experto.
En su opinión, a pesar de que las autoridades israelíes reconocen la
importancia de la zona para otras tradiciones religiosas, el desarrollo
del Monte de los Olivos "subraya solo la tradición judía y sus lazos con
el Israel de hoy. El Monte de los Olivos se ha convertido en un callado
baluarte israelí en Jerusalén Este".
Las principales actividades tanto del Gobierno israelí como de los
colonos, asegura, "se centran en reforzar el control judío sobre estas
áreas".
"Los cementerios son un instrumento muy importante para legitimar el
control sobre la tierra y su colonización y, además, servirán para
exigir en las negociaciones de paz que toda esa tierra quede en manos de
Israel", agrega Mizrahi.
A los dos lados del cementerio judío, en medio de los barrios
musulmanes densamente poblados de A-Tor y Ras el Amud se levantan
asentamientos judíos, protegidos por guardias privados y Policía
israelí.
El dirigente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP)
Saeb Erekat manifestó a Efe que "Israel ha utilizado todas las
herramientas posibles para forzar su colonización y convertir la
ocupación en una anexión efectiva. No vamos permitir que usen los
cementerios para cercar la ciudad vieja e impedir el acceso de nuestra
gente".
Por su parte, Aviatar Cohen, director de la Autoridad de Parques
Nacionales de Israel para Jerusalén, defiende que la renovación del
cementerio judío es imprescindible por los daños que sufrió cuando
estuvo bajo control jordano (1948-1967).
"Los jordanos construyeron allí una carretera y parte de un hotel,
empezaron a destruirlo y solo en 1967 pudimos empezar a repararlo. Está
costando mucho dinero, pero es un lugar importantísimo, en el que ha
habido enterramientos judíos continuados desde hace dos mil años",
explicó a Efe.
El cementerio musulmán, según Cohen, "es propiedad del Waqf, que no
acepta ni un shekel del Gobierno israelí. Es verdad que los musulmanes
tienen un problema de espacio en sus cementerios, pero en vez de
solucionarlo están enterrando en espacios verdes no autorizados, y hay
vandalismo y robo de tumbas".
Respecto a la zona sur de Bab el Rahme, asegura que esa "es una zona
arqueológica que no pertenece al cementerio y en la que no se puede
enterrar".
Video promocional de "Des rites et des hommes: Quand les gaulois perdaient la tête"
Video promocional de "Des rites et des hommes: Quand les gaulois perdaient la tête"
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