Nunca hemos sido partícipes de una visión de la informática restrictiva y elitista. Tampoco nos gustan los shows mediáticos en los que el gurú de gurúes recomienda lo que debe hacer el resto de la humanidad. Los productos de Appel son eso, ordenadores pijos para una élite que como en el caso de la empresa Mont Blanc subsiste gracias al fabuloso valor añadido suntuario que tienen y que pagan solo unos pocos, mientras el 90% del resto de los mortales escriben con BIC. Es el triunfo de la ignorancia, de la estética sin ética.
En nuestro país, el señor Jobs sería uno de los vultúridos amigo del vandalismo oficial que acecha al Cabanyal.
Que le aproveche demoler su casa señor Jobs.
El co fundador de Apple consigue que se apruebe el derribo de su mansión, de 1925, para hacer una casa más moderna
El País, ROCÍO AYUSO - Los Ángeles - 17/02/2011
Más pequeño y moderno. Esas son las máximas de Steve Jobs, el co fundador de Apple capaz de aplicar su filosofía más allá de los productos Mac a su propia casa. Jobs se salió con la suya al comenzar esta semana las obras de demolición de su mansión, construida en 1925, para erguir en ese mismo solar lo que será una casa más pequeña y moderna. La batalla de la que este lunes salió victorioso le tuvo en guerra durante la pasada década contra la Sociedad Nacional para la Preservación Histórica, organización estadounidense dedicada a proteger edificios de interés histórico. La mansión de estilo español que el cerebro detrás de Apple compró en la década de los 80 fue construida por George Washington Smith, arquitecto popular en esta área de San Francisco (EEUU), para el magnate de aquella época Daniel Jackling, quien hizo su fortuna con el cobre.
La casa Jackling, como se la conocía popularmente, tenía 14 dormitorios y 1.600 metros cuadrados habitables. Sin embargo, se pasó los últimos diez años deshabitada mientras Jobs conseguía los permisos de demolición que le fueron denegados con anterioridad ante el recurso presentado por la asociación arquitectónica. "Jobs sabía el significado histórico (de la mansión) y no hizo caso", comentó un portavoz del grupo sobre una demolición que consideró "desafortunada". Por el contrario, Jobs definió la que ya no es su casa como "una de las mayores abominaciones arquitectónicas" que conocía.
Los abogados de Jobs sólo han confirmado el proceso de demolición, pero no los nuevos planes de construcción. Algunos elementos de la casa ya destruida, como los azulejos estilo español y árabe que la decoraban, serán rescatados, informó la asociación.
La mansión de Jobs sólo es un nuevo ejemplo de una larga lucha entre las diferentes organizaciones a favor de conservar la corta historia arquitectónica de California frente a los avances urbanísticos y estéticos. La actriz Diane Keaton está en el otro lado de esta lucha, parte de la Sociedad para la Conservación de Los Ángeles y encargada de varias renovaciones en el área. "Es de vital importancia, especialmente en California, reconocer nuestras maravillas arquitectónicas, hogares por lo general de estilo español construidos en la década de los 20, 30 y 40", recordó la intérprete recientemente. Antes de la demolición de su mansión, Jobs recibió dos ofertas para que la casa fuera trasladada a otra ubicación pero el magnate de la informática y los interesados en salvar el edificio nunca consiguieron llegar a un acuerdo.
No entro en la cuestión de fondo (la demolición de una casa con valores históricos... en California), me defiendo sólo por el insulto: entiendo del primer párrafo ("Los productos de Appel -sic- son eso, ordenadores pijos para una élite) que los que usamos un Mac formamos parte de una elite; pues no entiendo, a cambio, cómo se puede hacer historia o arqueología interpretando la realidad de una manera tan superflua y demagoga, espero más rigor en otros trabajos suyos, francamente...
ResponderEliminarLleva más de un año en marcha el blog y una de las escasas reacciones que suscita es este comentario. Muy brevemente. Reclamamos el derecho a hacer comentarios de barra de bar sin que por ello se nos exija una tesis doctoral sobre el tema. Un año entero y el fondo de las cosas no se discute mientras que sin "querer entrar en la cuestión de fondo..." se considera un insulto. Lo sentimos profundamente. El rigor histórico se demuestra en muchas otras cosas que se han dicho en este blog. Como por ejemplo, en no escamotear los debates de fondo. Solamente recordar con todo el cariño a los usuarios de Appel que su actitud "recuerda" la de una secta. Son escasos, proselitistas, y se sienten perseguidos por su clarividencia que les hace ver "la verdad"... No, para afirmar esto no necesitamos hacer una investigación pero si alguien quiere hacerla... y con los datos en la mano, estamos dispuestos a rectificar formalmente el texto de entrada que ha suscitado el comentario.
ResponderEliminarMuchas gracias por el comentario pero esperamos comentarios de fondo.
Pues ahí va el comentario de fondo: que Steve Jobs, o cualquier otro ciudadano de cualquier país, consiga derribar una vivienda protegida (o con ciertos valores históricos, que eso no lo deja claro el artículo) es un despropósito y una arbitrariedad de quien le autorizó a hacerlo, vaya usted a saber por qué razones. No, si no entré en el fondo de la cuestión fue porque sospechaba que estábamos de acuerdo en eso, aunque usted no dice en ningún momento que eso esté bien o mal, sino que basa su discurso en descalificar al personaje protagonista de la noticia y a su empresa, así como a los usuarios de sus productos, y paréceme a mí que para saltarse las restricciones en materia de patrimonio histórico no hace falta ser un visionario de la informática o un artista del negocio del ladrillo: si está mal, está mal, independendientemente de quien lo haga y de qué productos fabrique. ¿Seremos, me pregunto, los usuarios de un Mac responsables de la destrucción de esa vivienda? Por lo demás no conocía su blog, que seguiré en lo sucesivo; en cuanto al número de comentarios, no se apure porque sean muchos o pocos, eso depende de si usted escribe el blog para crear polémica u opinión, o lo hace con otros fines...
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